Por lo general, se recomienda lijar las paredes con acabado brillante antes de aplicar una pintura de acabado más mate para garantizar una adhesión adecuada. Lijar el acabado brillante ayuda a crear una superficie más áspera para que se adhiera la pintura nueva. Además, el lijado también puede ayudar a eliminar cualquier imperfección o protuberancia en la superficie de la pared. Sin embargo, si elige no lijar el acabado brillante, existe la posibilidad de que la pintura nueva no se adhiera bien y se desprenda o se astille con el tiempo. Lo mejor es seguir las técnicas de preparación adecuadas para obtener los mejores resultados a largo plazo.
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