El clima tiene un impacto significativo en la estética de la arquitectura, ya que afecta la forma en que se diseñan y construyen los edificios para brindar comodidad y protección contra las condiciones climáticas. Por ejemplo, la arquitectura en regiones cálidas y áridas tiende a usar materiales y elementos de diseño que regulan la temperatura y crean sombra, como paredes de adobe, patios y techos de terracota. Los edificios en climas fríos a menudo incorporan características como aislamiento grueso, techos inclinados y aleros que sobresalen para proteger contra la acumulación de nieve y hielo. Las regiones ventosas también pueden requerir que los edificios tengan bases sólidas y paredes gruesas para evitar daños por fuertes ráfagas. Además, los factores ambientales como la humedad, los niveles de precipitación y el ángulo y la intensidad del sol también pueden afectar la apariencia y el diseño de las estructuras arquitectónicas. En general,
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