Una forma de utilizar la iluminación para crear una sensación de movimiento en el entorno de un museo es utilizar una iluminación dinámica y cambiante. Por ejemplo, cambiar el color, la intensidad y la dirección de la iluminación en diferentes áreas de la exhibición puede crear una sensación de movimiento y progresión a medida que los visitantes se desplazan por el espacio. La iluminación se puede programar para pasar de un color a otro o cambiar gradualmente de intensidad para crear una sensación de movimiento o progresión. Esto puede ayudar a resaltar áreas y objetos específicos, y también crear una sensación de dramatismo o emoción. La iluminación también se puede usar para crear sombras y resaltar texturas para enfatizar el movimiento y la energía dentro de los objetos en exhibición. Además, la iluminación direccional se puede utilizar para atraer la atención de los visitantes hacia objetos específicos,
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