El papel del diseño universal en los programas de arquitectura es promover un diseño socialmente responsable e inclusivo que se adapte a una amplia gama de personas, incluidas aquellas con discapacidades físicas, sensoriales y cognitivas. El diseño universal implica la creación de edificios, productos y entornos que sean accesibles, utilizables y estéticamente agradables para todos, independientemente de sus capacidades o discapacidades. Los arquitectos que incorporan los principios del diseño universal en su práctica pueden mejorar la funcionalidad y la calidad de vida de todos los usuarios proporcionando un acceso equitativo y eliminando las barreras que limitan la movilidad, la independencia y la participación en la sociedad. Los programas de arquitectura que enfatizan el diseño universal ayudan a cultivar una sociedad más inclusiva y compasiva al promover los valores de diversidad, equidad e inclusión.
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