La arquitectura orgánica incorpora el concepto de biorremediación al diseñar edificios y estructuras que trabajan con la naturaleza para remediar áreas contaminadas. Esto se puede lograr mediante el uso de materiales naturales, como plantas o materiales biodegradables, que pueden descomponer las toxinas y mejorar la calidad del aire y el agua. Los sistemas de biorremediación también se pueden integrar en el diseño de edificios, como techos verdes o paredes vivas, que pueden capturar y filtrar contaminantes del medio ambiente. Además, la arquitectura orgánica promueve prácticas de desarrollo sostenible, cuyo objetivo es minimizar los impactos negativos sobre el medio ambiente y mitigar la contaminación mediante el uso de fuentes de energía alternativas, el reciclaje y la gestión de residuos, y la preservación de los hábitats naturales. En general,
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