El propósito de un edificio varía dependiendo de su uso previsto. Los edificios se pueden utilizar para viviendas, actividades comerciales, fines industriales, instituciones educativas, prácticas religiosas o culturales, atención médica, recreación o entretenimiento, y más. En última instancia, el propósito de un edificio es brindar refugio, espacio y un ambiente cómodo para que sus ocupantes realicen las actividades deseadas.
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