Una fortificación es una estructura diseñada para la defensa y protección de los ataques enemigos, mientras que un templo es un edificio diseñado para el culto y las ceremonias religiosas. Las fortificaciones incluyen muros, puertas, torres y otras características defensivas, mientras que los templos a menudo presentan detalles arquitectónicos elaborados y obras de arte decorativas relacionadas con la deidad adorada. En la arquitectura griega, las fortificaciones a menudo se construían en lugares estratégicos, como colinas o cerca de masas de agua, mientras que los templos generalmente se ubicaban en lugares sagrados o prominentes dentro de las ciudades.
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