El propósito de un faro, o "phaos" en la arquitectura griega, era guiar a los barcos de manera segura a la costa emitiendo una señal de luz visible desde el mar, especialmente durante la noche o en condiciones climáticas adversas. Estas estructuras se colocaron estratégicamente a lo largo de las costas, puertos e islas para evitar los naufragios, que eran comunes en la antigüedad, y para ayudar a la gente de mar en su navegación. Además, los faros también se utilizaron para mostrar mensajes, advertencias e información a los marineros sobre las condiciones ambientales o eventos políticos que podrían afectar su seguridad.
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