Las curvas pueden afectar la percepción de la proporción en la arquitectura de varias maneras. En primer lugar, las curvas tienden a suavizar los bordes de un edificio y le dan un aspecto más orgánico, lo que puede crear una sensación de armonía y equilibrio. Esto puede hacer que el edificio luzca proporcionado y bien diseñado.
En segundo lugar, las curvas pueden crear una ilusión de movimiento y fluidez, lo que puede hacer que un edificio parezca más alto o más grande de lo que realmente es. Por ejemplo, una torre curva puede parecer más alta que una torre recta de la misma altura.
En tercer lugar, las curvas se pueden usar para resaltar ciertos aspectos de un edificio, como entradas o características únicas. Esto puede llamar la atención sobre las proporciones del edificio y hacer que parezcan más equilibradas.
Finalmente, el uso de curvas puede romper la monotonía de la fachada de un edificio, creando interés visual y haciéndolo parecer más proporcionado y estéticamente agradable.
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