La redundancia juega un papel fundamental en la resiliencia arquitectónica al proporcionar un sistema o componente de respaldo que puede hacerse cargo en caso de falla o interrupción del sistema o componente principal. La redundancia se puede lograr a través de varios medios, como duplicar sistemas críticos, implementar fuentes de alimentación de respaldo o tener múltiples canales de comunicación. Al contar con redundancia, el sistema puede continuar funcionando incluso si fallan algunos componentes o subsistemas, lo que minimiza el tiempo de inactividad y mantiene el rendimiento y la confiabilidad del sistema. Este enfoque mejora la resiliencia del sistema y reduce el impacto de posibles amenazas o desastres.
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