La arquitectura italiana en el período de la Ilustración reflejó un cambio significativo hacia el racionalismo y el conocimiento científico. El legado de la Ilustración se puede ver en la arquitectura italiana a través del uso del clasicismo y el neoclasicismo, que eran estilos arquitectónicos que enfatizaban la simetría, el orden y la simplicidad.
Las innovaciones arquitectónicas durante el período de la Ilustración en Italia incluyeron el uso de nuevos materiales como el hierro y el vidrio, lo que permitió la construcción de grandes edificios públicos con amplios espacios abiertos, como la Galleria Vittorio Emanuele II en Milán.
La Ilustración también vio el surgimiento de la planificación urbana y el rediseño de muchas ciudades italianas de acuerdo con los principios de la Ilustración, como la división racional de los espacios públicos y la creación de parques y jardines abiertos a todos. Esto se puede ver en los ejemplos de los Giardini di Boboli en Florencia y la Villa Borghese en Roma.
En general, la arquitectura italiana en el período de la Ilustración refleja un compromiso con el racionalismo, el conocimiento científico y la búsqueda de la razón y el orden, todos los cuales son principios centrales de la Ilustración. El legado de este período todavía se puede ver hoy en la arquitectura de muchas ciudades y monumentos italianos.
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