La arquitectura siciliana muestra influencias de los estilos árabe, griego y normando, y utiliza materiales volcánicos disponibles localmente, como piedra de lava y toba. Se caracteriza por elaborados elementos decorativos y detalles intrincados como motivos florales, mosaicos y fachadas esculpidas.
La arquitectura sarda, por otro lado, es más rústica y utilitaria, reflejando las tradiciones pastoriles y agrícolas de la isla. Presenta construcciones de piedra y barro, techos planos y elementos decorativos sencillos como arcos y cornisas. La arquitectura sarda también está fuertemente influenciada por la cultura nurágica prehistórica, que se refleja en el uso de torres circulares y otras estructuras megalíticas.
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