Los materiales comunes utilizados en el refuerzo de fachadas incluyen acero, aluminio, hormigón, polímeros reforzados con fibra (FRP) y hormigón reforzado con fibra de vidrio (GFRC). El material específico elegido depende de los requisitos específicos del edificio, como la resistencia estructural, la durabilidad y la estética. Por ejemplo, el acero y el aluminio se utilizan comúnmente en edificios de gran altura debido a su alta relación resistencia-peso, mientras que el hormigón y el FRP son los preferidos por su durabilidad y resistencia a la intemperie y la corrosión. El GFRC se utiliza a menudo por su capacidad para replicar el aspecto de los materiales tradicionales como la piedra y el hormigón, a la vez que ofrece una opción ligera y versátil.
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