El diseño solar pasivo se refiere a las técnicas utilizadas para maximizar el uso de la luz natural, el calor del sol y los materiales con masa térmica para reducir la necesidad de sistemas activos de calefacción y refrigeración en los edificios. Esto incluye la orientación de los edificios según la trayectoria del sol, la ubicación estratégica de las ventanas y el uso de materiales como adobe, ladrillo u hormigón para almacenar y liberar calor.
El diseño solar activo se refiere al uso de tecnología para recolectar y convertir la energía solar en electricidad o calor utilizable. Esto incluye el uso de paneles solares o colectores solares térmicos para generar electricidad o calentar agua o aire para calefacción o refrigeración. El diseño solar activo generalmente requiere la instalación de equipos e infraestructura para aprovechar y distribuir la energía recolectada, mientras que el diseño solar pasivo se basa en procesos naturales y el diseño de edificios para capturar y distribuir energía solar.
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