1. Uso de formas geométricas: los arquitectos racionalistas se inspiraron en la precisión matemática de la geometría y favorecieron las formas simples y simétricas en sus diseños. Usaron círculos, cuadrados, triángulos y rectángulos, creando edificios con un aspecto nítido y limpio.
2. Abstracción: los arquitectos racionalistas creían que la arquitectura debería expresar la ideología y la función social a la que servía; los edificios se redujeron a formas geométricas básicas y formas simplificadas.
3. Énfasis en la función: los arquitectos racionalistas defendieron que la forma sigue a la función. Los edificios fueron diseñados con un enfoque en su propósito y funcionalidad. Los arquitectos racionalistas en su mayoría diseñaron edificios para usos específicos, más que por su belleza u ornamentación.
4. Uso de nuevos materiales: los arquitectos racionalistas adoptaron nuevos materiales como el hormigón armado, el acero y el vidrio. Estos materiales ofrecieron mayores posibilidades estructurales y permitieron la creación de espacios más grandes y abiertos.
5. Rechazo de la ornamentación: los arquitectos racionalistas creían que la ornamentación era innecesaria y distraía de la función esencial de un edificio. Preferían las formas simples y los interiores y exteriores minimalistas.
6. Fachadas sencillas: los arquitectos racionalistas utilizaron fachadas sencillas con decoraciones mínimas, que eran coherentes con el énfasis en la forma y la función. El uso de líneas limpias, sin detalles innecesarios, enfatizó la función de los edificios.
7. Uso de la luz: los arquitectos racionalistas enfatizaron el uso de la luz natural para crear espacios que fueran tanto funcionales como visualmente atractivos. Pusieron énfasis en la luz como parte esencial del diseño.
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